La sorpresa puede ser sencillamente cómica. Lejos de aquí nos puede sugerir una escena de terror. Incluso el que habla se prepara un cuchillo debajo de las sábanas. Pero enseguida observamos a una chiquilla con su perro. A qué viene todo esto. La chiquilla no habla, y después de acercarse a ella e intentar oírla, es el perro el que sonríe. El lector se queda tan tranquilo, sobre todo cuando el protagonista le dice a la chiquilla que no está para juegos. Y le da una ciruela. Todo es cómico, y me recuerda lo que me contó un pariente, paseando por Roa de Duero. Me dijo: L. tiene mucho miedo a lo que pueda ocurrir. Hace unos días venía hace nosotros H. Y nada más verlo, L. me dijo: Seguro que acaba de pasar algo, estoy segura. Y al llegar a nosotros se lo preguntó a H. ¿Qué ha pasado? Y H. dijo, con cara de sorpresa: ¿Qué ha pasado? ¡Nada! El poema de Raymond Carver es el reflejo de las sorpresas más o menos cómicas ante los miedos infundados.
No lejos de aquí
Todos nosotros
Raymond Carver