martes, 19 de enero de 2016

Lo que se ve

Tengo la sensación, al leer a Raymond Carver, de que sus poemas son como fotografías que tomaba más o menos aleatoriamente. Hay que estar muy atento a lo que se vive para no caer en la abulia, para no dejar de interesarse por la experiencia de los otros. El yo del autor se diluye en los otros, que son los protagonistas. El poema Matrimonio es un ejemplo: ellos dos comen ostras y frituras empanadas, mientras que los protagonistas son Kitty y Levin, y los vecinos. Durante la lectura estamos mirando la televisión, y desde la ventana atisbamos lo que ocurre en la caravana de los vecinos. La experiencia de los otros nos forma y nos deforma, un poco aleatoriamente, y así vamos siendo una mezcla de nosotros mismos y de los demás. A la lectura de este poema se le puede poner como fondo la música de Brad Mehldau.

Todos nosotros
Raymond Carver