domingo, 28 de agosto de 2016

Afán de repetición, y de descubrimiento

Llego a la playa, casi de madrugada. El sol parece que se anuncia, por encima del horizonte. Ese afán de repetición, esa manera de acudir a los mismos lugares y descubrir que es posible la emoción de la primera vez, quizás cuando éramos jóvenes. Uno se deja querer por la memoria, como si anduviera por su cuenta. Quizás la nostalgia es una trampa, o una manera de defenderse de la edad. Pero no, qué va: la nostalgia suele herir y no se contenta con endulzar el pasado, sino que exige un poco de dolor. O más bien lo impone. Y entonces hay que salir a las bravas, con la ayuda de algún algoritmo extraído de la experiencia. Y no quedarse quieto nunca. Esta mañana  he podido distinguir las diferentes maneras de refractarse la luz. Según el ángulo de visión, el agua es un prisma mejor o peor. Así ocurre con la manera de mirarnos a nosotros mismos: la profundidad de la observación depende de las condiciones que imponemos a la memoria.

viernes, 19 de agosto de 2016

Distancias

Las experiencias vividas pueden acercarnos a una comprensión del mundo más o menos certera, y quizás no podamos ir más allá. Es decir: ¿hay algo que se oculta a nuestra comprensión? Acercarnos a algo es ir atisbando poco a poco detalles cada vez más precisos de su estructura, pero al acercarnos demasiado se pierde la visión de conjunto, y entonces podemos sentirnos decepcionados. Una nube es niebla; una carretera es un conjunto de partículas. Quizás a cada distancia se requiere el auxilio de una ciencia diferente.

jueves, 18 de agosto de 2016

El Capitán Trueno


Ayer murió Víctor Mora, y sin embargo El Capitán Trueno seguirá viviendo en cada uno de nosotros.

El legendario capitán que luchaba sin descanso por la justicia en los campos de batalla.

El amigo de los que compartían con él una mirada limpia al mundo que les había tocado.

Y Goliath, y Crispín, y Sigrid. Cuánto los recuerdo. Lo que más me impresiona es que no tenían edad.

Es decir: nunca envejecieron, que equivale más o menos a no tener edad, ni nostalgia.

La nostalgia nos la dejaron a nosotros, que hemos envejecido mientras ellos siguen ahí,

en la memoria, como si nos siguieran interpelando con su simpatía de nobles aventureros.

domingo, 14 de agosto de 2016

Lluvia de estrellas

En verano podemos mirar con más tranquilidad, insistiendo en la exploración de la cúpula celeste sin preocuparnos del rigor de la noche. La lluvia de estrellas que vi desde el Paseo del Espolón de Roa de Duero no se ha repetido. De madrugada la vida se aquieta, cuando los movimientos estelares parecen formar parte de una realidad ajena a nosotros. Lluvia de estrellas puede querer significar más cosas: quizás tan sólo belleza, el estímulo de lo que nos da nuestra dimensión real como personas. Una lluvia de estrellas recordada años después me sirve para buscar otros detalles de mi vida que sin aquella noche de Roa de Duero ni tan siquiera se hubiesen manifestado. Ahora tendría que valorar lo que se necesita para sobrevivir.

jueves, 4 de agosto de 2016

Dinero

Se puede decir que es una tontería. Que el poema Dinero es una sandez. Esta mañana había releído un poema de Claudio Rodríguez: Cielo. 'Vale dinero respirar el aire, /alzar los ojos, ver sin recompensa,/'. Ahí se emplea dinero como un símbolo que nos llena. Es lo que cuesta, lo que se convierte en valioso, aquello de lo que vivimos. La poesía se convierte en un abecedario emocional que subvierte a veces lo cotidiano. Claudio Rodríguez, sin embargo, eleva este contrasentido en un lirismo que nos hiere en lo hondo. Pero el dinero de Carver es un dinero absurdo, por irrelevante. Y sin embargo seguiremos leyendo a RC porque siempre nos lanza desde una plataforma que apenas se puede imaginar, pero que cuando la conocemos nos ayuda a despegar hacia otras peripecias. RC quiere remover las conciencias alterándolas hasta el máximo, para que busquemos en el mundo aquello que nos descorazona, y a partir de ahí dejar que nos despeñemos. Qué querrá decir este maldito verso, nos preguntamos. El dinero sirve 'para vivir en el lado correcto de la ley'. Pero también para otras cosas absurdas que va enumerando. Todas, no; pero algunas sin duda lo son. Dan ganas de decirle: ¡escribe un poema lírico de vez en cuando, y no nos sumerjas siempre en este desolado páramo de tus cuentos!

Dinero
Raymond Carver
Todos nosotros

lunes, 1 de agosto de 2016

¿Viviría mi vida otra vez?

Por la mañana uno se busca a sí mismo en el espejo y no siempre se encuentra. Pasan los años y llega la sensación de encontrarse a otro lado del tiempo, a eso que se llama pasado. Pero hay que huir de este espacio frío que nos conmueve. Algo parecido le debe de ocurrir al protagonista de Lluvia. Ya sabemos que puede haber múltiples actores en los poemas de Carver, aunque a veces nos atosigue la sensación de que es él quien se nos dirige con esa mezcla de descaro y de lucidez. Lo curioso es que cuando desmenuzamos uno de sus textos nos empieza a invadir un desorden interior que busca de alguna manera ser solucionado: una solución no suele ser en la mayoría de las ocasiones lo más conveniente, porque se puede perder mucho tiempo para no llegar a nada. A mí me conmueve al leer Me asomé entonces a la ventana y estaba lloviendo. Intuyo ecos de Antonio Machado en este poema, al que RC dedicó el poema Ondas de radio. El movimiento de lo que nos incita a valorar el mundo es siempre acelerado, y cada vez más. No sé si es compatible este cambio permanente con la respuesta de Carver a la pregunta ¿Viviría mi vida otra vez? Yo estoy de acuerdo con él, que conste.


Lluvia
Raymond Carver
Todos nosotros