martes, 8 de diciembre de 2015

Louis Bourgeois

Una exposición de Louis Bourgeois, hace diez años, en la Fundación Miró: por qué de golpe  me viene a la mente. Me llamó  Rafael Alomar para que fuésemos con él. No había esculturas, sólo dibujos, y hacía un sol muy agradable en el jardín. Siempre que uno va a la Fundación Miró se tiene la sensación de que en cualquier momento va a venir Joan Miró a mostrarnos lo último que está haciendo. Un día alegre, una conversación con gente que se iba acercando a nuestra mesa y que nos iba contando cosas que me interesaban, casi como si de alguna manera pasaran a formar parte también de mí. Rafael se sentía feliz en aquel ambiente, como si todo lo que tenía a su alrededor fuese el eje de su experiencia. Yo sólo conocía la inmensa araña del Museo Guggenheim de Bilbao, y nada más. Aquel sol del mediodía, la mesa grande en el jardín y todos nosotros sentados conversando y tomando cerveza: después fuimos a comer juntos, y el día se convirtió en un recuerdo agradable. Louis Bourgeois aún vivía.