domingo, 20 de diciembre de 2015

Confianza en lo que ves

Caminar por las calles empinadas de El Terreno, dejar que cada paso sirva para redescubrir esta parte de la ciudad: el domingo por la mañana el tiempo se expande y deja que cada cual se oriente en la dirección que més le place. Una mujer joven va delante de nosotros, con un panecillo en una bolsa de plástico. Esta mujer debe de vivir sola, me dice P., porque ha comprado tan sólo este panecillo; fíjate cómo lo lleva, ni siquiera lo ase con fuerza, lo lleva apretando el lazo con los dedos. La calle es empinada, y las rodillas se notan, qué remedio. Otra mujer paseando, con un perro. Al entrar en el bosque no se ve a nadie. Hay muchos tréboles. Y gotas de rocío por doquier: el agua de los pájaros. Caminar da confianza en lo que ves, o en lo que intuyes.