miércoles, 16 de diciembre de 2015

En las guerras

En las guerras tenemos tendencia a clasificar a los contendientes en buenos y malos. En las películas del Oeste de hace cincuenta años, o algunos más, siempre ganaban los del Séptimo de Caballería, y los pobres indios eran los malos. Después supimos que los indios luchaban por defender su territorio. Así que no eran los malos, sino todo lo contrario: habían sido atacados injustamente y desposeídos de sus tierras a la fuerza. Así que el transcurso del tiempo cambia las clasificaciones acerca de quiénes son los buenos y los malos. Hay una escena en la película El Sur, de Víctor Erice, en la que la abuela le cuenta a su nieta que su marido consideraba como buenos aquellos que para su hijo eran los malos de la Guerra Civil española. Naturalmente que fueron los fascistas los causantes de la guerra, pero después de empezar la guerra el comportamiento de cada uno se ha de enfrentar a su conciencia. Esto viene a cuento porque en la crónica de hoy de Natalia Sancha en El País, que se titula "El batallón de las sirias", se cuenta la historia de una francotiradora, 'una de las 800 soldados mujeres que durante los últimos tres años se han unido a la Guardia Republicana del Ejército sirio'. Estas mujeres se alistaron 'por la patria, por Siria y por apoyar a los hombres en su defensa'. Leemos sus motivos y comprendemos que las valoraciones morales que nosotros podamos hacer después acerca de los bandos contendientes en Siria apenas le sirven a esta mujer joven que empuña un fusil. Alguien, quizás alguien muy malo, enciende la mecha de la guerra, y después la guerra ya es incontrolable: se suceden los acontecimientos, y los soldados luchan, en el fondo, para sobrevivir. 

Motivo: Crónica y fotografía de Natalia Sancha, El País, 16 de diciembre de 2015