miércoles, 9 de diciembre de 2015

Algunas lecturas para el final del año

A finales de cada año hay lecturas que nos pueden ayudar a recordar lo que siempre nos ha servido para entender el mundo. La película El mundo sigue me empuja a releer algunos de los cuentos de Ignacio Aldecoa, que a pesar de remitirnos a un tiempo que parece que ya ha sido superado, son siempre literatura que bebe de las verdades que sólo se transforman ligeramente pero que son reconocibles: la vida en las grandes ciudades, las alegrías y las desventuras, siempre de la mano, como los dos polos de un imán, que no se pueden separar. Y también Don Quijote, para descansar de tanto apego a la eficiencia económica y de tanto debate sobre las soluciones que dentro de poco se verá que son incompletas. En los días en que Don Quijote descansa en la casa de don Diego de Miranda sus discursos son tan cuerdos que 'le he visto hacer cosas del más loco del mundo y decir razones tan discretas, que borran y deshacen sus hechos', dice don Diego. Este capítulo XVIII de la segunda parte sirve para darse cuenta, una vez más, de que el viejo caballero 'es un entreverado loco, lleno de lúcidos intervalos'.