sábado, 26 de diciembre de 2015

Huellas perdurables

Una botella de agua, dos tabletas de turrón, una botella de vino, un rollo de papel de cocina, varios libros, la acuarela que I pintó ayer, y que destila felicidad: cualquier casa es un lugar en el que se cruzan una gran cantidad de cosas inconexas pero a la vez necesarias. Si un paleontólogo del futuro escarba en la tierra, quizás encuentre esto, o detalles parecidos de la vida de las personas humanas de ahora mismo. Podrá sacar conclusiones más o menos certeras de lo que habrá sucedido aquí, en esta casa, o en la ciudad entera. La vida de cualquier ser deja huellas que van a permanecer, a pesar del olvido en el que parece que se sumen. Siempre hay alguien que levanta el polvo, o las sucesivos estratos que se han ido acumulando, y las descubre.

Motivo: Lectura de los primeros capítulos de La sexta extinción, de Elizabeth Kolbert.