lunes, 29 de septiembre de 2014

Despertarse

Me despierto con el sonido de la lluvia en las persianas. Me levanto y me convenzo de que es cierto. Sí, llueve, no ha sido un sueño. En el acto de despertarse parece que hay siempre una reminiscencia de algo intangible, como si regresáramos de un mundo paralelo. Pero la realidad, aunque su esencia sea tan discutida, nos acoge y nos convence, nos sitúa en su centro mismo: de lo contrario, nos perderíamos en un destartalado escenario de iluminaciones fugaces. Cómo sería la experiencia sin ese asidero de lo real.