lunes, 15 de septiembre de 2014

'Es necesario decir adiós a tantas cosas'

'La espesa estructura de los días': la frase se me queda prendida en algún lugar de mi cerebro, y no acierto a saber por qué la he invocado. 'Los días espesos' me sugiere una formación extraña, como un bosque de tiempo que hay que cruzar a la fuerza. Son las maquinaciones del entendimiento,  que a veces me da la sensación de que a partir de un instante determinado de la madurez se gobierna a sí mismo, como si yo estuviera más cerca de mi cuerpo que de mi mente.  Es una sensación que me ha sobrevenido de pronto, pero que me ronda desde hace algunos años. Durante la juventud el cuerpo es transparente. Lo utilizamos sin apercibirnos de su flexibilidad y de su eficacia: nos lleva a cualquier parte sin cansancio, y si hay un contratiempo se sale de él o se supera sin que importe demasiado un esfuerzo adicional. Ahora, en cambio, cualquier pequeño esfuerzo suscita dudas o requiere de una concentración excesiva, y el entendimiento es consciente de que ha de cuidar del cuerpo con delicadeza para que no se agote anticipadamente. La pesada estructura de los días; es necesario decir adiós a tantas cosas. Pero duele mucho hacerlo.

Motivo: Lectura del poema 'Dice adiós a su juventud' de Eloy Sánchez Rosillo.
'Ya desde el mar, en la cubierta de la nave / que otros aparejaron, miro esa costa aún no lejana /...../Es necesario / decir adiós a tantas cosas.'