sábado, 13 de septiembre de 2014

Papeles viejos que recupero al azar

Leo el periódico al lado del mar, sentado sobre una roca, y a la sombra, porque hace mucho calor aún, a pesar de que estamos a mediados de septiembre. Al girar las hojas me acuerdo de mi abuelo, que leía el periódico sentado a la mesa de la entrada de su casa, que era también mi casa de la infancia. El mundo entero en el periódico, las noticias que se suceden en un orden dispuesto por tradición: la portada con la fotografía de Andrew Milligan, en la que se ve a una mujer cargando las urnas para el referéndum sobre la independencia de Escocia del día 18; la entrevista al escritor Philip Kerr, que expresa sus convicciones acerca de lo que ocurriría si ganara el ; un artículo de Rodrigo Fernández acerca del recurso que va a interponer Rusia por las sanciones ante la Organización Mundial del Comercio; noticias económicas; noticias deportivas; las viñetas de Forges y de El Roto: todo dispuesto para que nuestro entendimiento sea capaz de elaborar un relato acerca del Mundo que sea coherente y, en lo posible, real. ¿Puede ser coherente y real lo que vamos leyendo cada día en un periódico de papel? Tengo la sensación de que la lectura en el papel tiene unas connotaciones diferentes que la lectura en una pantalla. Tocamos las palabras como si fueran pulpa de algo conocido, no símbolos que de golpe desaparecen para siempre. En el desván de la casa de mis padres hay recortes de periódicos que conservo desde hace muchos años, y a veces les sacudo el polvo a cualquiera de ellos, al azar, y leo por lo menos el titular. ¿Por qué quise conservar este artículo, me pregunto? Es una hoja de periódico que ha sobrevivido a décadas de olvido, y que recobra vida al ser leída de nuevo. Así es buena parte de la experiencia que nos constituye: un conjunto de ingredientes que yacen en el desván del entendimiento y que hay que desempolvar de vez en cuando. Cada noticia del presente será un fósil en el futuro, pero el papel me ayuda a organizar mis hitos personales como si fueran mojones de un camino que es el camino de todos, un camino que atraviesa el Mundo sin fronteras, por mucho que las queramos colocar nosotros, apresuradamente.