lunes, 16 de noviembre de 2015

Claudio Rodríguez

Noviembre. Es un poema de Claudio Rodríguez, del libro 'El vuelo de la celebración'. "Llega otra vez noviembre, que es el mes que más quiero / porque sé su secreto, porque me da más vida. / La calidad de su aire, que es canción, / casi revelación, / y sus mañanas tan remediadoras..." Parece que las palabras se transfiguran para decir algo que nos sobrepasa. Cada palabra pierde su significado habitual para irse a otro lugar en donde el lector se sitúa de golpe. Es como el cambio de perspectiva que nos ofrecen los rayos del sol al iluminar un paisaje. Al cambiar de posición la luz cambia los perfiles de las cosas, y la percepción de lo que observamos. "...Las telarañas, con su geometría / tan cautelosa y pegajosa, y / también con su silencio...". En estos días, caminando por el campo, entre las matas, se pueden ver telarañas brillantes que han retenido gotitas de rocío. Los rayos de sol, al iluminarlas, ofrecen una perspectiva extraña, como de microscopio. Su estructura parece remitirnos a lo que dice el poema "...también con su silencio, / con su palpitación oscura / como la del coral o la más tierna / de la esponja, o la de piña / abierta, / o la del corazón cuando late sin tiranía..." La identificación de la telaraña con el coral es tan exacta que tengo la sensación de que Claudio Rodríguez también tuvo que ver a la fuerza una de estas telarañas que retienen las gotas de rocío iluminadas por el sol. Y en Noviembre, este mes tan extraño y limpio, de días tan cortos y de mañanas tan inflamadas de rocío.