domingo, 26 de octubre de 2014

Los datos del partido de fútbol Real Madrid - Barcelona de ayer

Por supuesto: los datos no hablan por sí solos. En una entrevista, Roberto Rigobon dice que "tener más datos no quiere decir que haya mejor información. Los datos son como los criminales: puedes hacerles confesar, pero no siempre te van a dar la información que tú quieres". Siempre he recordado que eso nos lo explicó muy bien el profesor de Sistemas de Comunicación, hace ya muchos años. Puedes tener muchos datos pero poca información, porque los datos necesitan ser interpretados. Y esto se puede aplicar a muchos aspectos de la vida, no sólo a datos de variables económicas o sociológicas. Qué maravillosa interpretación realizó Kepler de las observaciones meticulosas de Tycho Brahe acerca del Universo entonces conocido. Quizás no pueda llamárseles 'datos' a secas, a las observaciones de Tycho Brahe. porque de ellos surgió una teoría muy profunda que nos permite entender de forma más o menos compleja el movimiento de los astros. Ahora estamos acostumbrados a que se publiquen todo tipo de datos acerca de cualquier suceso o acontecimiento. Y con frecuencia esta proliferación de datos no redunda más que en una creciente confusión, a medida que los que deberían de interpretarlos no hacen más que arrimar el ascua a su sardina. Quizás la interpretación sólo es certera a posteriori, cuando el acontecimiento ya se ha producido, como en un partido de fútbol. Por ejemplo, el de ayer, entre el Real Madrid y el Barcelona. El Real ganó con autoridad y buen juego, según los periodistas deportivos, pero esta deducción no es tan evidente a partir de los datos de la estadística del partido. El Barcelona, a pesar de perder, centró más al área contraria (27 centros por 18 del Real Madrid), y dio más pases que el Real Madrid: 630, por 480 del Real Madrid, de los cuales fueron buenos 539, por 398 del Real Madrid. El Real Madrid recuperó más el balón, aunque no significativamente (69 por 64), y en cuanto a pérdidas y regates se quedaron casi a la par (uno más el Real Madrid). La diferencia está en los remates a puerta. De 6, el Real Madrid marcó 3 goles, y de 5, el Barcelona sólo 1. Y ésa es la esencia del partido: los goles, cuya ejecución depende no sólo del buen juego, sino de la buena o mala suerte (un poco diferente del mero azar, sin duda, porque la suerte sólo va asociada a la habilidad, y a saber hacer bien lo que es difícil). Ganó el Real Madrid porque jugó mejor, dicen las crónicas, y todos lo vimos. Pero fueron tan bellos el gol del Barcelona como el tercero del Real Madrid, y los otros dos poco tienen que ver con el buen juego: un error defensivo y un remate de cabeza. ¡Ah, los datos! Uno puede hablar y hablar acerca de ellos, pero lo que importa es la interpretación, que a veces se oculta a la frialdad de las cifras y de los porcentajes. Lo decisivo fue ayer la parada de Casillas a Messi, y el juego fino y siempre alerta de Benzema.

Motivos:
-Entrevista a Roberto Rigobon, publicada en El País de hoy, Profesor en el Centro Sloan de Administración de Empresas del MIT
-Real Madrid 3 Barcelona 1, partido de fútbol disputado ayer.