miércoles, 15 de octubre de 2014

El padre de Luis Landero

Las huellas que nos dejan nuestros padres permanecen en nuestra memoria como si estuvieran agazapadas, a la espera de que vayan saliendo a flote para enseñarnos lo esencial de la vida. Luis Landero ha publicado una novela sobre su padre, que voy a leer cuanto antes. Se titula 'El bosque en invierno'. Transcribo un fragmento de la entrevista que publica el periódico de hoy: " Me gustaría que fuera real. Fue tanta la frustración, lo que yo le decepcioné, tantas las ofensas que le hice...Recuerdo gestos suyos de cariño; tenía pocos, no sabía manifestarlo...Sacaba su pañuelo de hierbas, me limpiaba los mocos y me decía: Mira en la chaqueta. Y me había traído unos cacahuetes, esas pequeñas cosas". Lo leo como si estuviera contando un episodio de mi vida, eso que está ahí, a la espera de brotar, como una flor dormida, y que de repente surge de un estímulo imprevisto, pero cierto.  Miro el retrato de Luis Landero que acompaña la entrevista. Está sentado, la mano izquierda se apoya en el mentón, el codo sobre la mesa, la mirada fija en algo que no vemos, y la mano derecha sobre el muslo, mientras releo lo anterior, Recuerdo gestos suyos de cariño, y surge mi padre, casi de la nada, quizás algún día cuando alguien llame a la puerta y sea él.

Motivo: Entrevista a Luis Landero, El País de hoy. Fotografía de Samuel Sánchez.