jueves, 11 de febrero de 2016

Woolworth's 1954

Desde la autovía se ven los almendros como si fueran supervivientes. La suave blancura de sus flores se aviene con la música que oigo en la radio del coche. Sin saber por qué, recuerdo un viaje por Francia, hace años, en la circunvalación de Burdeos: nos adelantó un coche en el que una mujer joven vestida de novia estaba sentada en el asiento de atrás. La vi de perfil, mirando hacia adelante, con expresión ausente, como si en vez de ir a casarse se dirigiera al cadalso. Quizás fuese sólo un instante de indecisión, o de duda, y yo fui testigo casual. Raymond Carver a veces, en sus poemas, se sirve de asociaciones mentales de índole azarosa, como en el poema Woolworth's 1954.

Todos nosotros
Woolworth's 1954
Raymond Carver