En un almendro recién podado la naturaleza empieza a trabajar de nuevo: la circulación de la savia, la función clorofílica, la sucesión de las estaciones. Las ramas cortadas están en el suelo, y la parte que queda en el árbol empieza a crecer otra vez.
Qué se puede saber y qué no sobre el mundo que nos rodea: a través de la observación surgen las preguntas, y las respuestas tardan más o menos en ser respondidas, aunque lo más frecuente es que una pregunta nos lleve a una respuesta incompleta, y de ahí a otra pregunta, y así sucesivamente.
Lo que sabemos no es más que un empiece, y así es como interpreto estos versos de Walt Whitman:
En la noche fría, el ganso salvaje guía la bandada; su graznido me llega como una invitación.
Acaso el orgulloso no oiga nada,
pero yo, que escucho atentamente,
descubro su propósito y su sitio allá arriba,
en el cielo del invierno.