lunes, 22 de febrero de 2016

Antonio Machado

Los poemas de Antonio Machado caben en un libro no muy grueso. Sus lectores tenemos ese libro en la biblioteca con las hojas un poco amarillentas. Así es mi ejemplar de la Colección Austral, y de vez en cuando releo alguno de sus poemas para serenar el ánimo, y para no dejarme arrastrar por esas sensaciones tan modernas que a veces no responden a nada concreto y que sólo sirven para dejarnos indefensos. 

Raymond Carver parece que comparte esa afición por Antonio Machado. Y entonces me pregunto cómo es posible que esos poemas tan reposados llegaran a Carver. Lo que importa es que para él la poesía de Machado es un consuelo a sus tribulaciones. La imagen del viejo profesor español que camina con lentitud por Úbeda o Segovia o Soria se convierte en una protección para Carver. Bien pensado, a veces las cosas son así de sencillas: la experiencia es capaz de mostrarnos caminos invisibles por medio de pensamientos que nos llegan de lugares muy lejanos.

Pues bien, el poema Ondas de radio trata acerca de esto: las tribulaciones de un norteamericano muy moderno que busca consuelo en la poesía meditativa de un viejo poeta español.

A mí me parece que Ondas de radio ha sido escrito después de leer el poema Consejos:

Sabe esperar, aguarda que la marea fluya
-así en la costa un barco- sin que al partir te inquiete.
Todo el que aguarda sabe que la victoria es suya;
porque la vida es larga y el arte es un juguete.

Y si la vida es corta
y no llega la mar a tu galera,
aguarda sin partir y siempre espera,
que el arte es largo y, además, no importa.

Ondas de radio
Todos nosotros
Raymond Carver