miércoles, 24 de diciembre de 2014

Navidades para pensar en lo que nos rodea

Hay que volverse sobre sí mismo para reconocerse. Uno empieza a saber algo, pero sólo al acercarnos de puntillas: como ocurre con las partículas elementales, el conocimiento de una variable determinada es incompatible con el conocimiento de su complementaria. Regresamos de un año más corto que otros, y en el horizonte se vislumbran fechas cuyo contenido no se puede prever. Para mí, 2014 ha sido el año de Platero y yo, y cualquier acontecimiento me ha llevado a vislumbrar, tan sólo a vislumbrar, otros mensajes. Por desgracia, sé que la estética de estos tiempos no se puede comprender sin una ética estricta: hay demasiadas colas de necesitados, y demasiados ciudadanos que abren las tapas de los contenedores no para echar una bolsa, sino para buscar una manzana.