viernes, 26 de diciembre de 2014

La ciudad, de noche

Camino por la ciudad como si formara parte de ella, como un animal enjaulado que se ha escapado del circo, a la búsqueda de alguna protección ilusoria. Un gesto de alguien desconocido es un gesto agrio, o fugaz, en seguida olvidado. Saboreo esta forma de experiencia para explicarme las circunstancias de la noche, que no se pueden confundir con una búsqueda convencional, más o menos acotada entre los márgenes de la realidad. No soy capaz de agriarme el pensamiento inmotivadamente, claro que no. No soy más humano porque me acojan los duendes de mi ciudad, tan tontos y tan grises. En los destartalados rincones en donde la mirada de los otros surge para buscar una complicidad, parece que se recoge mi memoria, que desea formar parte no sólo de mí, sino de Todo.

(Diario de Algún Otro, 1)