jueves, 9 de abril de 2015

La puntita del embrollo

¿Cómo detectar la verdad de un hecho acerca del cual lo desconocemos casi todo? ¿Existe la verdad? Los casos de corrupción, ¿se aclaran del todo en los tribunales o tan sólo se logra sacar a flote la puntita del embrollo? A veces tengo la sensación de que lo que ocurre es siempre impreciso, y que la verdad a secas no existe, y en el supuesto de que exista es una máscara que se nos ofrece a medias, y ni aún así, y que por lo tanto es tan sólo una elucubración sin posibilidad alguna de desvelamiento. Incluso algunas fórmulas matemáticas son imprecisas, como en las apelaciones a los límites. ¿La realidad? ¿Qué es la realidad? Ah, pero no podemos desaprovechar la puntita del embrollo, que por lo menos nos acerca a las vísceras de un supuesto hecho del que queremos saber si ocurrió, y por qué ocurrió, y en qué circunstancias. Y ni hablar de olvidarnos de las fórmulas, que nos muestran resultados casi veraces, más allá del umbral de nuestras posibilidades.

(Diario de Algún Otro, 7)