domingo, 5 de abril de 2015

El Encuentro

Sin habérnoslo propuesto ayer por la mañana vimos la procesión del Encuentro en el Portitxol:  Jesucristo y la Virgen encontrándose el día de Pascua, en una mañana soleada y limpia de abril. Ya casi en segundo plano, casi en el desván de mi memoria, los actos religiosos se me aparecen como leves recuerdos que se dejan acunar por una mirada de otros tiempos. Una creencia deviene lectura respetuosa de un libro que llevo siempre en el bolsillo y que con el tiempo adquiere significados variables, según haya evolucionado mi manera de mirar las cosas que hay a mi alrededor. Uno encuentra día a día huellas del pasado que se revitalizan o que dejan de interesar. Pero hay algo que me inspira piedad: la posibilidad de mirar siempre como si lo que veo acabara de ser encontrado por azar, con agradecimiento.