Ayer
murió Víctor Mora, y sin embargo El Capitán Trueno seguirá viviendo en cada uno
de nosotros.
El
legendario capitán que luchaba sin descanso por la justicia en los campos de
batalla.
El
amigo de los que compartían con él una mirada limpia al mundo que les había
tocado.
Y
Goliath, y Crispín, y Sigrid. Cuánto los recuerdo. Lo que más me impresiona es
que no tenían edad.
Es
decir: nunca envejecieron, que equivale más o menos a no tener edad, ni
nostalgia.
La
nostalgia nos la dejaron a nosotros, que hemos envejecido mientras ellos siguen
ahí,
en
la memoria, como si nos siguieran interpelando con su simpatía de nobles aventureros.