martes, 5 de julio de 2016

La moda del verano

En verano las montañas empiezan a perder volumen para el observador. Una espesa capa de humedad las difumina en el horizonte y hay momentos en que casi no se ven. De qué podemos hablar si los perfiles desaparecen y apenas se logra distinguir el recorrido de otros años. Parece que uno debería de refugiarse en algún lugar propicio para aislarse del calor, y serenarse con la reflexión y el deseo de volver a los inicios. Hay una alegría forzada que se convierte en una aspiración absurda. A veces conviene dejarse llevar por la sensación de libertad que se siente al comprobar que a pesar de todo es posible vivir al margen de las modas.