domingo, 18 de diciembre de 2016

Un domingo extraño

Extraño, porque no es habitual que durante tantas horas esté nublado. No veo las montañas, ni el horizonte. El televisor me acerca lo más lejano para que pueda atisbar el mundo con una delicadeza que la inmediata percepción de mi entorno me impide. El periódico es una ventana abierta al mundo. Lo que hay que buscar se puede abrazar con la imaginación cuando el tiempo está tan apegado a lo extraño. Hoy en día las experiencias ajenas se convierten en un estímulo para entendernos. Lo que ocurre en otro continente podría ocurrir aquí mismo, a nuestro lado. Cuánto me queda por explorar a lo largo de esta tarde. Me imagino a otras personas como yo, expuestas a una exploración parecida de su existencia. Avanzar despacio, sí, despacio, pero sabiendo que lo que nos queda por delante es decisivo. La ciudad en la que vivo es mi otra razón para saber lo que necesito. Buen domingo a todos.