sábado, 19 de noviembre de 2016

Lo que nos suscita el cine, o el teatro

Salimos de casa para pasear por la ciudad, pero también para que el paseo sea una fuente de conocimiento. Y de placer. En la ciudad buscamos sensaciones nuevas, a pesar de que nos conozcamos de memoria el barrio en que vivimos, o el lugar por donde paseamos para disfrutar de un rato agradable. Últimanente me alegro de ver a más gente en el cine. Ayer éramos entre 20 y 30 espectadores en la sala 3 del Augusta, y aquí, en Ciutat, ya son muchos. Añoro las tardes de Madrid, las tardes de domingo en que muchas parejas de media edad hacen cola en las taquillas de los cines y de los teatros. Aquí es más difícil que las parejas de media edad sean capaces de salir de su casa para asistir a algo, lo que sea. Y es una pena, porque después de una función de teatro, o de una película, las imágenes mezcladas con el pensamiento que te han suscitado te dejan el cerebro en un estado de alerta de características siempre nuevas. En un mundo en que vivimos hemos de poner en tela de juicio cada una de nuestras 'verdades', y la mejor forma de hacerlo es contrastando nuestras ideas con las que nos comunican los otros a través de un libro, de una película, de una obra de teatro, de una forografía, de una pintura, de un descubrimiento científico o de un postulado matemático. ¿Por qué hay que buscar en las experiencias que vivimos? Quizás para ponernos entre la espada y la pared, y para dudar de nuestras convicciones más arraigadas.